martes, 27 de octubre de 2009

LAPA LABRA EN EL MAR
















Barack Obama, sí merece el Premio Nobel de la Paz

Por : Joana López

A veces pecamos de ignorantes, y no queda más que recordar las palabras de nuestra Santa Biblia “Mi pueblo perece por falta de conocimiento” o las palabras de nuestro libertador “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. Y he ahí el énfasis de nuestro Presidente en lo educativo, cultural y hasta deportivo, es que no queda otro camino o sembramos conciencia o pereceremos: Patria, Socialismo o Muerte.

Y mi gran pecado fue no conocer el origen del famoso Premio Nobel de la Paz, que ha causado tantas críticas, asombros y controversia en la sociedad. Na’ Guará, hasta comenté: el inventor del Premio Nobel, se debe estar retorciendo en la tumba ante tanto descaro de la sociedad capitalista, pero por supuesto, como buena revolucionaria me interese por el tema y además deseaba escribir sobre el asunto, así que investigue antes, para no expresar más de lo mismo.

¡La sorpresa! Alfred Bernhard Nobel, inventó la dinamita y produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita, la balistita o la pólvora sin humo. Además de su importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, sus inventos fueron de enorme relevancia para la industria militar. Fundó compañías para fabricarlos y comercializarlos, patentando más de 350 inventos explosivos (para apoyar la carrera armamentista de muchos consorcios), construyendo su enorme fortuna.

Pero lo que leí en Internet sobre el ilustre y noble Alfred me dejó más aturdida todavía, se le creó “cierto” complejo de culpa por el mal, la destrucción y la sangre derramada que sus inventos pudieron haber causado a la humanidad y siguen causando. Así que en un acto de limpiar su conciencia, eso sí, después de muerto (vivo gozó como todo un capitalista, con dinero ensangrentado), deja un testamento donde instituye el premio a través de La Fundación Nobel, expresando las siguientes palabras “este premio se entrega a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz". Na’ Guará, este debió ganarse el paraíso con increíble hazaña.

Definitivo Camaradas, Barack Obama, sí merece el Premio Nobel de la Paz, así como en su oportunidad fue entregado a Henry Kissinger o las nominaciones que recibieron Adolf Hitler y Benito Mussolini, aunque no se lo entregaron, se lo merecían más que otros.

“La justicia de Dios es la más ridícula

de todas las fábulas”.

Alfred Nobel

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